miércoles, 12 de abril de 2017

En la biblioteca (Un poema de Charles Simic)




Un poema de Charles Simic que me encanta. En idioma original y en traducción mía más abajo.



     IN THE LIBRARY
                                                                                                                                                                                                             
There's a book called
A Dictionary of Angels.
No one had opened it in fifty years,
I know, because when I did,
The covers creaked, the pages
Crumbled. There I discovered
The angels were once as plentiful
As species of flies.
The sky at dusk
Used to be thick with them.
You had to wave both arms
just to keep them away.

Now the sun is shining
Through the tall windows.
The library is a quiet place.
Angels and gods huddled
In dark unopened books.
The great secret lies
On some shelf Miss Jones
Passes every day on her rounds.
She's very tall, so she keeps
Her head tipped as if listening.
The books are whispering.
I hear nothing, but she does.




©Charles Simic.


*    *    *


EN LA BIBLIOTECA


 Hay un libro titulado
"Diccionario de los ángeles".
Nadie lo ha abierto en cincuenta años.
Lo sé porque, cuando yo lo hice,
las cubiertas crujieron
y se desprendieron páginas.
En ese libro descubrí
que hubo un tiempo en que los ángeles
abundaron tanto como moscas.
El cielo, al atardecer,
estaba tan plagado de ellos
que tenías que agitar los dos brazos
para poder espantarlos.

Ahora el sol brilla
a través de los altos ventanales.
La biblioteca está en silencio.
Ángeles y dioses se hacinan
en tenebrosos libros sin abrir.
El gran secreto yace
en cierto estante frente al que Miss Jones
pasa diariamente en sus rondas.
Ella es muy alta, así que inclina la cabeza
como aguzando el oído.
Los libros susurran cosas.
Yo no escucho nada. Pero ella sí.








7 comentarios:

  1. A veces, durante un paseo por el campo, encuentras el esqueleto de un ángel. Qué inoportuno, piensas, cuánto mejor es que el ángel se mantenga entre las páginas del libro, vivo y susurrante, y no plantee al que pasea la duda de qué hacer cuando encuentra el esqueleto de un ángel.
    Delirios aparte, me han gustado mucho el poema de Simic y tu traducción.

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  2. Gracias Carmen. Como te comenté sobre lo de Nerval, personalmente creo que los ángeles no mueren. Lo sé porque conozco alguno.

    Siempre pienso en las palomas espachurradas en la carretera. Es curioso que algo que no puede volar (que sólo rueda) atropelle a algo que sí que puede hacerlo bien en un segundo.

    Curioso y triste, eso sí que pasa algunas veces.

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  3. Muy bello poema,muy bien escogido,Bonifacio.Capta como Simic solamente sabe hacerlo,la magia que sentimos los lectores en ese Dédalo de anaqueles con infinidad de historias que nos susurran con desespero como ángeles.Son tan abrumadoras las buenas páginas que nos envuelven y tan corta nuestra existencia, que muchas se perderán para nosotros. Este poso amargo desaparece en cuanto Gabo nos hipnotiza con su prosa o T.S Eliot nos canta con sus versos.Un saludo y nos seguimos leyendo.

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    1. Gracias Sergio. Los libros son un medio. Y también ayudan a que nos escuchemos a nosotros mismos.

      Saludos.

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  4. Una de las recomendaciones de mi padre (lingüista) es evitar las rimas en agudo así que he hecho otra traducción intentado atenerme a esa regla. Aquí va por si te gusta la idea.
    Un abrazo: Sol.

    Hay un libro titulado
    El diccionario de los Ángeles.
    Nadie lo ha abierto en cincuenta años,
    lo sé, porque cuando yo lo hice
    las cubiertas crujieron, las páginas
    se desprendieron. Descubrí entonces
    que una vez los ángeles abundaron tanto
    como las moscas.
    El cielo al ocaso
    solía cubrirse de ellos
    y había que agitar los brazos
    para alejarlos.

    Ahora el sol brilla
    a través de los ventanales.
    La biblioteca es un lugar tranquilo.
    Ángeles y dioses se acurrucan
    en la oscuridad de los libros cerrados.
    El gran secreto yace
    en uno de esos estantes que Miss Jones
    pasa cada día en sus rondas.
    Es muy alta y mantiene
    su cabeza inclinada, como si escuchara.
    Los libros susurran.
    No oigo nada, pero ella sí los oye.

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    Respuestas
    1. Está muy bien tu traducción.

      "El gran secreto yace" (como tú traduces) es preferible a como lo puse yo ("se halla"), para lies. Y suena mejor en tu versión.

      Tuve un lapsus y puse manos por brazos, lo vi ahora. Enseguida lo corrijo.

      Pero "a través de los ventanales" debería ser "de los altos ventanales", porque te saltaste el "tall" (creo que se te pasó) y es importante el concepto altura en el poema.

      Gracias por la aportación y por asomarte aquí. Vuelve cuando quieras.

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    2. Me alegro de que te gustara, no he traducido el "tall" porque ventanal ya incluye esa idea en su definición, por eso tall window se traduce por ventanal y no por ventana alta. Es una poesía preciosa, gracias por dármela a conocer. Si no te molesta, quería añadir algo más, oír y escuchar (hear y listen) no son lo mismo, y en el contexto del poema lo correcto sería oír (creo que tengo algunas secuelas por mi educación con padres lingüistas, para colmo ambos).
      Gracias de nuevo. Un saludo: Sol

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