lunes, 7 de noviembre de 2016

Gotas de locura


"Como el agua desgasta la piedra, y su crecida arrastra 
el polvo, así consumes tú la esperanza del hombre"
                                                        Job, 14:19

                        






Ha vuelto la lluvia. Es difícil ponerle al tiempo buena cara cuando la humedad cala los huesos. Pero siempre se puede pescar algo en los charcos, o chapotear en ellos como un niño.

 No soy un erudito. Mis lagunas son tantas, que me llueven encima.

Por eso abro el paraguas de mi mente, hasta donde quiere abrirse. Mi viejo paraguas, que tiene mil goteras. Y me refresco con las traviesas gotas de locura que se empeñan en atravesar la débil protección de tela, salpicando mi cabeza. Y acabo sonriendo siempre. Son gotas de locura. Gotas de literatura.

Gotas de poesía en el tiempo. En el mal tiempo, cuando la vida nos graniza. Y en el buen tiempo, cuando nos cabe el mar entero entre las manos.

 El mismo tiempo que se desgrana gota a gota, y nos horada un poco el alma de granito.      

Pero, mientras se filtre algo de belleza, yo no pienso cambiar nunca de paraguas. Aunque el viento lo destroce o lo ponga del revés.



                  

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